jueves, 12 de junio de 2025

CARTA ABIERTA A LOS CATEQUISTAS DEL VERBO: AVISO DE IMPAGO PARA LA NPS


1. Preámbulo para los que no pagan ni el hosting

He leído vuestro último versito de secta: Primero fue el verbo, después la mentira”. Qué bien os queda el tono de predicadores de boutique, de poetas en zapatillas dando lecciones sobre el logos como si hubierais parido el mundo entre dos newsletters y un café de especialidad. Os recuerdo que mientras vosotros aprendíais a conjugar la palabra Fake, yo pagaba los putos servidores. Las cuotas. Las putas cenas de networking. El material. Las putas copas con las que convencimos a Glez de que sí, que este juego merecía la pena. Y ahora me venís con teología de saldo, olvidando quién puso el primer puto euro para que todo esto rodara.

Así que dejadme que os lo explique de manera que lo entendáis: yo fui el Paganini de todo este tinglado. Vosotros, como mucho, sois los ninis del verso.

2. El verbo no lo inventasteis: os lo alquilé

El verbo era de todos. Pero el primero que supo venderlo fui yo. Y si hoy podéis jugar a poetas insurgentes desde vuestra puta Substack es porque alguien —yo— pagó el catering, el alquiler y las putas facturas del Matadero Digital donde nació todo esto. El verbo lo vestí yo. El Fake lo produje yo. Y ahora os llenáis la boca de citas como si la NPS fuera la heredera natural de un linaje que ni habéis sudado ni sabéis manejar.

Aprended una cosa básica, Shinobis (忍び) de salón: sin productor no hay puto show.

3. La mentira sois vosotros: borradores con pretensiones de dogma

Vuestra mentira empieza justo donde vuestro comunicado termina. Porque no hay más mentira que la que se cuenta desde un púlpito que otro pagó. Y la NPS hoy es eso: un púlpito. Un gimnasio de la épica para poetas flojos. Queréis contarnos que el Fake fue un error poético superado, cuando todos sabéis que sin el Fake no existiríais ni como sigla. La NPS es un powerpoint con incienso. Un logo estampado en camisetas que vendéis en ferias literarias a 20 euros la pieza.

No me jodáis.

4. La AHA no se vende ni se bendice

Mientras vosotros vais de herederos éticos del verbo, la AHA sigue siendo lo que siempre fue: un agujero negro que no acepta ni inversores ni bendiciones. La AHA no es un club de fans de Glez. Es el sitio donde todo puede romperse sin pedir permiso. Y os lo recuerdo porque parece que la NPS se ha olvidado: 

Los que no estáis dispuestos a mancharos, no tenéis derecho a hablar del barro.

5. AHA vs NPS: que no me cuenten cuentos en la barra

No quiero una puta batalla de manifiestos. No me interesa. No tengo tiempo para vuestras pajas mentales de asamblea. Pero tampoco voy a dejar que reescribáis la historia con emojis y retórica de literatos en nómina.

Os aviso: si seguís vendiendo el verbo del Fake como fundación de vuestra secta de la mentira, tendré que enseñar las putas facturas. Los correos. Las cuentas. Y entonces sí que nos vamos a reír.

Así que poneos serios o callaos.

6. Propuesta: pagad lo que debéis o asumid el sablazo

Tenéis dos opciones, poetas de la NPS:

  1. Reconoced la deuda simbólica. Agradeced públicamente que sin la AHA ni el Fake, vuestra secta no pasaría de taller literario de barrio. 
  2. O seguid con el teatrillo. Pero luego no lloréis cuando saque las pruebas de que fuisteis mantenidos a pecho descubierto por el que hoy llamáis "residuo del Fake".

Pagad. O asumid que os lo sablaré en público.

7. Epílogo con factura pendiente

El verbo no es vuestro. Es mío. El Fake no es un pasado que superar. Es el barro que os parió. La mentira es la vuestra: la de creer que podéis cantar misa en un templo que yo construí. Y recordadlo bien, ninjas de la vida: 

Yo sigo siendo el único paganini de esta función.

Con el afecto que os merecéis:

Albert Grosman