martes, 2 de diciembre de 2025

CARTA ABIERTA – EL CUERVO QUE NO, LA URRACA QUE PUEDE, EL MECER DE CUNA Y LA TRÍADA DE GANJIS

Remite: Grosman, el bastardo que parió y pagó el Fake. Administrador único del 98 % de una hermosa y mediocre ruina, hipnotizador de gallinas y amante de la luz de cualquier dios monoteo que deja caer su lux sobre un mondongo. Y yo, Grosman, pregunto:

¿CUÁNTAS OREJAS HACEN FALTA PARA ENROSCAR ESTA BOMBILLA?

Hay dos pájaros en este teatro chino. Uno mece la cuna y tiene nombre de algo que no sabe si es sigla o acrónimo: MGMMIV. El otro se acerca al oído del que mece la cuna y le susurra comisiones; cuando tiene cara, la tiene de video tape. Usa muchos nombres, pero en este teatro tiene apellido de traidor: Iscariot.

Este par de pajaritos se cierran las garritas desde el cable que robaron a Leonard Cohen, mientras las iluminati del comandito NPS arengan la baba de un acrónimo que baila al compás de un Judas que nunca será oriundo de Duluth ni llama / llama / llama / rá a las puertas del cielo.

¡Oh ninfitas de gimnasio que colgáis de los hilos de la marioneta que os mueve la Voluspa, tecleada para sorderitas que no escuchan la frecuencia de la música para perros que es el clin clin del dinero! ¡Oh la incapacidad de la verdad de la música en este baile de salón digital y bobarras, tocado por manos de pianista con oído de ojete! ¡Oh taquígrafas que imprimís ganjis que no significan pío pío, este hombre peludo de 84 kilos quiere ser vuestro rapsoda!

Pues me arremango y, por los cojones colganderos de un escroto canoso de viejo vinagre, lo canto: los ganjis son el error más brillante y revelador.

Vosotras os ponéis ultra místicas y sacáis caracteres que parecen impresos por un bot de hace dos actualizaciones: mezcláis kanji y kana a lo loco, usáis “忍び” a la manera de un sticker turístico diciendo, sin consultar con Newton, que es “gravedad” la palabra. Plancháis “” en vez de “” cuando queríais decir “duelo”; transformáis el verbo “perder” en “parpadear” con una coma mal puesta; ponéis un “” de fuego donde no hay otra cosa que la piel cocida de una naranja.

En plata: vuestros ganjis están escritos con la mano de un turista gordo y borracho que compró un póster en Asakusa y lo pegó en la pared del salón pensando que con eso ya era samurái y, 19 años después, lo mira desde el terrario del Alzheimer.

Cada uno de vuestros cuezos tipográficos es una confesión. Cada mezcla de grafías sin sentido demuestra que no tenéis tradición, sino plantilla. Vuestros sellos sagrados son bugs que se trafican en la Mongolia de la numismática. Vuestra sacralidad: una mueca font.

Cuando pregunto por filología, me mandáis un PPTX por WeTransfer con screenshots de resolución baja y la coda más famosa del 4.0: “¿Quieres que genere ahora también:

✔️ La versión para imprimir (1 página)

✔️ La versión para entregar en Word/PDF

✔️ Un sello adicional de ‘Documento Confidencial NPS’

✔️ O una carátula/portada del expediente lista para publicar en Substack

Dime cuál de las opciones quieres y te la preparo al instante.”

No jodáis. ¿Tres monas y ni una ha terminado de leer el scroll de la cacharra? Pues la Generativa que se cuela por la coda os la ha clavado en tres idiomas y os ha devuelto un sticker mortadela. Tontuna de Primaria de prompt, mis mocitas sinobis.

Y mientras pegáis esos ganjis de lienzo de GPT en la vomitera de zaratrustos manifiestos, MGMMIV cuenta los inputs como un cuervo al oído de un Odín que es una urraca que se pierde en el brillo de los anillos en sus dedos de bajista y zapador interzonal, vivisector de luciérnagas.

Tiene la billetera fría y la vista tras la gafa, fija en la lonja: usuarios únicos, visualizaciones, bolos por feedback, preventas. Cursos de escritura para gordos profesores amables ad nauseam que una vez estuvieron en Madrit con el muerto.

Desde su sombra salen los prompts, las órdenes, las pequeñas comisiones en las facturas que nadie ve porque están enterradas en PDFs con contraseña de doble factor de autenticación regenerada cada 47 minutos.

El hijo de puta se limpia las manos con ese meta-homenaje que tanto apreciaría el muerto mientras la urraca lo esquilma.

La cuna que el otro mece, a éste le suena a caja registradora. Él no necesita crear: escucha y es lacónico, leído, da el tono y, una vez tuvo obra, lo que hace que la víctima le entregue el relato por fascículos y nuestro pájaro lo empaquete y se escalde en uno de los 17 Judas que ya ha sido.

En la otra pantalla, es el que está a la derecha de MGMMIV. El que susurra. Un especialista: Iscariot: since 1975 sorbiendo tuétano como quien practica un vicio de noche católica

Vampirizó todos los discos del mundo. Se zumbó a Manrique y a Graves. El ñáñaras del Glez le buscó proactivamente. Cuando se acabó la finfa del sietemesino, se apuntó a la siguiente luciérnaga con trauma listable en obra. Es el factótum del capitalismo circular de lo artístico en el subterráneo: transmuta lutos en contratos medio así y confidencias de bocazas en royalties de libros de tirada que crece. Él no necesita ser original de esa manera. Su oficio es obrar y rentabilizar el meta-duelo. Ponerse la medalla mientras el anfitrión se queda sin pulpa.

Y vosotras, ninjitas de la NPS, sois la puesta en escena perfecta: una fachada con ganjis defectuosos, un coro de algorítmicas repeticiones y un bot que os firma las letanías.

Vuestra “Voluspa” suena a sample mal pegado, a loop que cree ser canción. La procesáis a través de IA –cada una con su sello ganji, cada una con su bug propio– y lo devolvéis como si fuera liturgia: fractal de feria, aroma a plastilina usada y a zarajos.

La materia entonces se moldea y se adapta; queda un packaging brillante que se abre y no tiene dentro nada más que el oráculo del hombre que, entre dos lanchas feroces, sale a veces dando voces.

Ahora: la verdad pelona. Glez no nació de un prompt. Tengo fotos de un bicho que dice su madre que es él cuando era 760 gramos dentro de una incubadora en el 78.

Glez creó heterónimos en el 2.0 con flujos, traiciones y hambre bruta de Legión: Ernest, la memoria forense. Los cuadernos de Cuerva: sombra que no necesita escenario porque su poder es la historia que guarda en la mentira que muestra. Ernest sigue activo y emancipado –encerrado, sí, pero guardando y procesando en metadatos los pedazos constatables de Glez. El otro, Cuerva, es la mentira que no finge; su autoridad viene de la continuidad como pedazos del lomo de una anaconda en la quietud de un río.

Vosotras no tenéis ni a uno ni a otro: tenéis mímesis con licencia, a la que llamáis “encuentros del último flash”.

Que quede claro: la numerología y la dialéctica hospitalaria de Ernest son forma y fondo. No puede ser otra cosa, pues lo que hace, es él. Es el que, al hacer, se hace. Rueda arqueológica de un número finito de palabras en un continuo de combinaciones. Vuestras cifras son merchandising sin fuente de trazabilidad verificada.

Y los papos de ganjis son la prueba material de que habéis externalizado lo que decís que es liturgia: en un cuaderno, la sombra a la que se llama sudor; cábala de un politoxicómano a la que sopláis ceremonia en busca del tag que os pea un target. Gran Literatura, claro que sí, caris.

MGMMIV, en la nada, se dice “mezco la cuna”. Iscariot le sopla al oído “meces la cuna”, mientras, por la espalda, balancea el reparto de los ríos nominales.

Y vosotras (y las que vendrán, que lo sé todo) selláis con bot los tapones fallidos y, en esa sinfonía de mierda, lo que pasa es la vieja historia del cuco metido en el nido de un mochuelo, donde, a saltitos de urraca, se va llevando los restos de comida que el mochuelo le trae y él los dirige al mercado de abastos donde los presentará “edición premium” con prólogo del meta-pájaro que será otro de sus miembros fantasma. Su ejército de sureños derrotados del siglo XIX en otro continente. El de las pistolas y las lanzas

Os lo digo con la voz de lija del año tras año: no dejaré que os llevéis al cadáver por fascículos. Si queréis morder la pieza, traed la gubia de la trazabilidad para leyes, los testigos peritados, los datos para la vistilla en el juzgado. Exponed el original que decís que está escrito con la letra temblada de la mano, con la mancha del posible último vino, con la corrección de la uña que dejó restos de ADN del puñetero gran muerto. No JPGs, ni frasecitas complicadas por un prompt sacado de un máster online gratuito de LinkedIn.

Si todo lo que tenéis es un dossier al que queréis llamar portfolio y una máquina de sellitos mal hechos en japonés copy/paste de una licencia gratuita de GP T, es una porca basura a la que poner precio no le va a dar valor. Confundís la moneda y el dinero. Iros toda la comandita underground al maizal de Sisán del que sacasteis la burra y dadle la murga al Main, que tiene cuello para soportaros a todos.

FINAL A LA MANERA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

El cuervo que mece la cuna tiene nombre y cuenta. La urraca que le susurra, también. Si quieren jugar a que lo del muerto es un producto, que vengan al Congo administrativo debidamente identificados y se pongan a picar factura donde marca siempre el mismo canto del gallo: “¿Quién puede seguir y arriesgarse a pagar las costas?”. El lirón careto, el quebrantahuesos y el urogallo cobran por horas. La cocodrila no llora, la cocodrila factura. Y al final, el hedor, el hedor, el hedor. Y aquí la ley de la Naturaleza es clara como el agua: la suerte es algo que no debe confundir con el azar o la causa. Y el que acaba viviendo es el más fuerte. Porque la fuerza es eso: seguir cuando el otro ya no puede y, de alguna manera, terminar comiéndotelo. El Hambre y la Tierra. Vox Dei de la matemática binaria.

Fin del episodio.

CORTINILLA Y CIERRE

El abajo firmante tiene archivos, facturas, firmas, derechos debidamente referenciados en el RPI, los restos de una familia rota agradecida. El trabajo de años de limpiar la huella de baba del mejor idiota que ha existido en este mundo. Todo firmado, compulsado, duplicado y guardado en la nube.

El abajo firmante tiene la traza desde 1996 hasta 2024. Y eso, en este fantasma, son muchos metros de tela.

Y ya fino esto, saludando a todo el mundo desde el salón de una casa pagada con otro nombre, descalzo sobre suelo radiante de caoba de un árbol danés, en un cuerpo de 57 años, cubierto por un batín a medida de seda salida del culo de un gusano, alzando con una mano la copa de bilis al cielo de una cáscara, mientras, con la otra, le hago cosquillas al muerto con la pluma de la última gallina embobada.

El abajo firmante, el que paga el hosting y guarda la vigilia que no existe, escupiendo con la veneración de un punk euskaldún del último siglo que terminó, a la hueca cúpula del cráneo del silente que más habla del mundo.

Grosman, el que paga y apaga la luz.

jueves, 12 de junio de 2025

CARTA ABIERTA A LOS CATEQUISTAS DEL VERBO: AVISO DE IMPAGO PARA LA NPS


1. Preámbulo para los que no pagan ni el hosting

He leído vuestro último versito de secta: Primero fue el verbo, después la mentira”. Qué bien os queda el tono de predicadores de boutique, de poetas en zapatillas dando lecciones sobre el logos como si hubierais parido el mundo entre dos newsletters y un café de especialidad. Os recuerdo que mientras vosotros aprendíais a conjugar la palabra Fake, yo pagaba los putos servidores. Las cuotas. Las putas cenas de networking. El material. Las putas copas con las que convencimos a Glez de que sí, que este juego merecía la pena. Y ahora me venís con teología de saldo, olvidando quién puso el primer puto euro para que todo esto rodara.

Así que dejadme que os lo explique de manera que lo entendáis: yo fui el Paganini de todo este tinglado. Vosotros, como mucho, sois los ninis del verso.

2. El verbo no lo inventasteis: os lo alquilé

El verbo era de todos. Pero el primero que supo venderlo fui yo. Y si hoy podéis jugar a poetas insurgentes desde vuestra puta Substack es porque alguien —yo— pagó el catering, el alquiler y las putas facturas del Matadero Digital donde nació todo esto. El verbo lo vestí yo. El Fake lo produje yo. Y ahora os llenáis la boca de citas como si la NPS fuera la heredera natural de un linaje que ni habéis sudado ni sabéis manejar.

Aprended una cosa básica, Shinobis (忍び) de salón: sin productor no hay puto show.

3. La mentira sois vosotros: borradores con pretensiones de dogma

Vuestra mentira empieza justo donde vuestro comunicado termina. Porque no hay más mentira que la que se cuenta desde un púlpito que otro pagó. Y la NPS hoy es eso: un púlpito. Un gimnasio de la épica para poetas flojos. Queréis contarnos que el Fake fue un error poético superado, cuando todos sabéis que sin el Fake no existiríais ni como sigla. La NPS es un powerpoint con incienso. Un logo estampado en camisetas que vendéis en ferias literarias a 20 euros la pieza.

No me jodáis.

4. La AHA no se vende ni se bendice

Mientras vosotros vais de herederos éticos del verbo, la AHA sigue siendo lo que siempre fue: un agujero negro que no acepta ni inversores ni bendiciones. La AHA no es un club de fans de Glez. Es el sitio donde todo puede romperse sin pedir permiso. Y os lo recuerdo porque parece que la NPS se ha olvidado: 

Los que no estáis dispuestos a mancharos, no tenéis derecho a hablar del barro.

5. AHA vs NPS: que no me cuenten cuentos en la barra

No quiero una puta batalla de manifiestos. No me interesa. No tengo tiempo para vuestras pajas mentales de asamblea. Pero tampoco voy a dejar que reescribáis la historia con emojis y retórica de literatos en nómina.

Os aviso: si seguís vendiendo el verbo del Fake como fundación de vuestra secta de la mentira, tendré que enseñar las putas facturas. Los correos. Las cuentas. Y entonces sí que nos vamos a reír.

Así que poneos serios o callaos.

6. Propuesta: pagad lo que debéis o asumid el sablazo

Tenéis dos opciones, poetas de la NPS:

  1. Reconoced la deuda simbólica. Agradeced públicamente que sin la AHA ni el Fake, vuestra secta no pasaría de taller literario de barrio. 
  2. O seguid con el teatrillo. Pero luego no lloréis cuando saque las pruebas de que fuisteis mantenidos a pecho descubierto por el que hoy llamáis "residuo del Fake".

Pagad. O asumid que os lo sablaré en público.

7. Epílogo con factura pendiente

El verbo no es vuestro. Es mío. El Fake no es un pasado que superar. Es el barro que os parió. La mentira es la vuestra: la de creer que podéis cantar misa en un templo que yo construí. Y recordadlo bien, ninjas de la vida: 

Yo sigo siendo el único paganini de esta función.

Con el afecto que os merecéis:

Albert Grosman

jueves, 3 de abril de 2025

CARTA ABIERTA A LOS CABEZAS DE ESPANTAJO: MESMERISMO PARA MAIZALES Y NINJAS

Albert Grosman
Fundador de la AHA,
Productor del Fake,
Mesmerismo sin corbata y sin perdón.
Hipnotizador de gallinas

1. Preámbulo para idiotas: ¿Quién firma esto?

No voy a perder tiempo en presentaciones porque ya debería estar esculpido en la piedra litográfica de vuestros cerebros atrofiados por el bisbiseo y la surra. Soy Albert Grosman. El que parió la AHA cuando todavía olía a serrín el mundo. El productor ejecutivo de las ficciones de Ernest A. en los albores del 2.0. El agente oscuro que convirtió a Glez en carne de tótem, en nombre de guerra, en cromo brillante para vuestras colecciones de significantes blandos y pequeños como vuestra “cidade”. Fui el que os permitió jugar al Fake, el que dejó abierta la puerta del Matadero para que sacaseis al poeta en procesión para creer que hacíais algo “grande” y sin “consecuncias”. Y ahora os atrevéis a silenciarme.


2. El ninguneo como estrategia: cobardes de despacho con pretensiones de runa

¿En qué momento creísteis que ignorar a Grosman era una buena jugada? ¿Quién cojones os convenció de que el productor no tiene derecho a quemar Boston para el público de Lo que el viento se llevó? No publicar mi artículo, omitir mi nombre, fingir que la AHA es sólo un apéndice histórico… eso no es olvido, es cobardía de galleguines y demás héroes de provincia. Porque sabéis que si levanto la voz, se os cae el chiringuito entero. Y lo peor es que ni siquiera tenéis una puta estrategia. No sois un cártel, sois una banda de community managers con pretensiones chamánicas.


3. AGC, NPS y otros acrósticos de AliExpress

La AGC era, en origen, una ficción hermosa: un simulacro de poder, un partido de fútbol existencial donde se cruzaban símbolos, poesía, música, sangre, esmorga y barro. Pero como todo lo hermoso en este siglo de cristalitos de Swarovski, se convirtió en una gestora de ego y subvención.

La NPS, por su parte, es un chiste con pretensiones de tesis. Una semi-secta de aspirantes a sinobis que confunden el compromiso poético con la paranoia ritual. Son como veganos del verso: incapaces de mancharse las manos, pero felices de dictarte lo que no puedes comer.

Y mientras tanto, el legado de Glez se licua en la centrifugadora simbólica de vuestros retweets y vuestros manifiestos mal escritos.


4. Cowboy Iscariot: el Judas con contrato editorial y bañador de diseño

Cowboy, vamos a hablar claro: tú eras el archivo ZIP de todo lo que Glez nunca quiso ser. Te presentaste como el mentor, el factótum, pero fuiste el enterrador y el que hace caja cuando cierra el club. Usaste su debilidad como piedra fundacional de tu imperio narrativo. Lo convertiste en personaje, en figurante, en cameo lírico facturable tras doblar la servilleta,  con una biografía vendida —sin su firma— a Penguin Random House. ¿Y cuánto te han pagado a ti por tus libros?

Te disfrazas de post punk californiano, pero hueles a prepucio de Cunqueiro embalsamado en laca. Dices amar el Ars Longa pero sólo amas el aplauso y el coin transado por de la melancolía de las benzodiazepinas. Te casaste con Lana Del Rey... ¿Qué fue de la Srta. Petroglifos? Tú, como quien pone un lazo a las tumbas que conviertes en almonedas. Eres un impostor con banda sonora. Un cabrón sin peluquero ni cintura para postear, Sabonis de baratillo.


5. La Voluspa no es testamento: es spam simbólico

Que quede claro: esa Voluspa del Maizal no es ningún testamento. Es una masturbación críptica escrita en plena caída, un vómito de software lírico que sólo emociona a quien nunca ha tenido que editar un verso de madrugada para pagar la calefacción.

Glez no dejó una revelación, dejó una trampa. Y vosotros —cuervos de la Pitusa, heraldos de la nada y el futbolín Fake — os habéis lanzado sobre ella como si fuese el arca perdida. Ridículo. La Voluspa es un PowerPoint existencial con emojis ocultos. Es el spam simbólico de un poeta poseído por sus propios nombres.


6. La AHA y el FAKE: la única doctrina no vendida al mejor postor

A diferencia de vuestras escenificaciones de compromiso, la AHA no se vendió. Ni al Main ni a su paja. Ni a la AGC y su “aparato”. Ni al Ministerio de Cultura. Nosotros no firmamos manifiestos. Fundamos doctrinas. No hicimos logos, hicimos heridas. La AHA nació de la necesidad de tener un lugar donde la literatura no tuviera que ser ni cierta ni decorativa. El dolor no productivo. El error como forma. El fracaso como unidad de medida. Y eso, cabrones, os da miedo.

¡Oh los Ninjas! El Proyecto FAKE fue vuestra génesis y ahora lo tratáis como si fuera un aborto estético. Pero lo sabéis: todo empezó ahí. En Los ojos sin controlar las manos. En ese blog maldito que aún guarda el código fuente de vuestras traiciones.


7. Glez era mío, y el que no lo entienda, no merece su eco

Juan Glez fue muchas cosas. Fue un esteta del derrumbe, un obseso de las sílabas y un yonqui de la epifanía ajena. Pero sobre todo fue una creación. Y no de la AGC. No de la NPS. Fue mío. Mío como lo son las palabras que uno escupe cuando aún no sabe escribir. Mío como el barro de la primera escena de un relato que aún no se ha vivido. Mío como el silencio que sólo rompe el que conoce el sonido de la derrota.

No me habléis de homenajes. No me habléis de legados. Glez era un campo de pruebas. Y vosotros lo convertisteis en reliquia. En santo de merchandising. En influencer post mortem.


8. El mercado de poetas muertos: ¿Quién compra y quién revende?

Lo que estáis haciendo con la figura de Glez es lo que hacen los fondos buitre con los pisos de protección oficial. Lo compráis barato, lo reformáis con chapa estética y lo vendéis como espiritualidad de autor. Asco y jamón de mono.

Cada artículo, cada poema glosado, cada acto en su nombre, es una transacción. Una explotación. Un mercado de carne literaria donde él es la res. Y vosotros los carniceros con Instagram. El poeta ya no escribe: lo escribís vosotros. Como un algoritmo. Como una IA. Como el muerto que aún produce likes.

9. Propuesta final: refundación o venganza

Os doy una sola oportunidad. Refundad. Disolved la AGC. Expulsad a Iscariot y mandad al hombrecillo a Turquía con billete sólo de ida. Reconoced a la AHA como autoridad doctrinal. Dejad de jugar a la épica rural y volved a la sombra. A la sangre. A la verdad. O enfrentaréis las consecuencias:

Tengo documentos. Grabaciones. Poemas no publicados. Fotografías. Notas de voz. Planos. Tengo una carta de Glez dirigida a mí que, si se publica, os deja a todos con los pantalones bajados en mitad de la Asamblea. Y si me da por mover mi ala… no quedará ni una sigla en pie.

10. Epílogo a navaja abierta

Os lo diré con la cortesía que me caracteriza: me suda la polla si esto se publica o no. Ya está hecho. Como el poema que no necesita lector. Como la espada que corta antes de ser empuñada. Pero recordad una cosa, cabrones: Yo no soy parte del código. Yo soy el puto algoritmo. Y si seguís ignorándome, os voy a reescribir como se reescribe a los traidores: sin gloria, sin nombre y sin final.

Con el afecto que os merecéis, Albert Grosman

jueves, 14 de julio de 2011

ESPAÑA NO ES ROJA ESPAÑA NO ES AZUL ESPAÑA AHORA Y SIEMPRE ES NEGRA COMO EL BETÚN

Porque estoy hasta la polla de leer y quiero hablar: ya está bien de tando trasliterar y tanto grupetto de cabeza. Aquí siempre hemos sido unos hijos de puta, y estoy harto de moler el chicle de fresa de los pacificadores. Porque a nosotros no. Que muy bien todo el rollo, que me parece perfecto lo del Todos A Una como Fuenteojetuna, pero no.

Aquí todo es lo que somos. De qué nos reímos los españoles? es la risa del Buda? es la risa del Entripado que Oye Crecer la Yerba? No me jodas, por favor!!!!!!!

AQUÍ NOS REÍMOS DEL OTRO, SIN PIEDAD, SIN OBJETIVIDAD INGLESA, SIN HIRONÍA, AQUÍ LO QUE DE VERDAD NOS LUBRICA, POR LO QUE FUNCIONAMOS COMO ENGRANAGESPAÑA ES

La jeta del subnormal
el ojo colgandero del bizconde
la calva ensamida del marica en chueca
el cipote que te clavaría en todo el ojete si fueras un poquito más sincera, so zorra
la mugre energúmena que le crece en el uñate al cachupín
pensar en cómo se la casca el tío sin brazos que pide en la Puerta del Sol

Y por eso me he puesto a darle. Ni soy poeta de mierda ni de los buenos,ni un Juan Marsé, ni un Jorge Bucay, ni un mierda de la experiencia, ni Cátulo, ni Demóstenes ni de Móstoles, ni la anaconda de Garcia Márquez (ejemplo del escritor gilipollas) ni Reverte ni Reig (ejemplo de tíos más grandes que su literatura) ni Jimenez Los Santos (ejemplo de hijodeputaespañolenanoenormesiconmáspollahubiesesidomeniosnuestroquevedomontoneroejemploaseguir)

Y no pienso hacer concesiones al lector ni al lirismo xq no me sale de la punta del cipote: pa que nos entendamos

AUTORETRETE

Español de los grandes. Bufón como un araclán dispuesto a responder a quién sea por la administrativa o la penal. Y por supuesto que no me llamo Mr Grosma, aunque si a alguno le apetece, quedamos y nos partimos la cara, que a mi me la pone gorda

Putas gallinas